Muchos me preguntan que cómo aprendí a trabajar en mis diseños, y la verdad es que ni yo misma lo sé, simplemente soy curiosa y todo lo que no sé, me voy a Youtube y busco cómo hacerlo, todo lo demás es por tanteo, como en algunas áreas de la matemática.
Lo más cerca que he estado de estudiar diseño fue en 2012, estudiando AutoCAD, en INFOTEP, mientras estaba estudiando Mecatrónica en el ITLA. Y ustedes dirán WOW, esa parte no la conocía, pues la verdad, casi no hablo de esta etapa. Aquí les va la historia.
Empecé a estudiar a mis 18, en UTESA, en Ingeniería Industrial, allí era muy buena, mi índice se mantenía en 3.8…pero llegó un momento de gran crisis en mi casa y mi madre no podía continuar pagando mis estudios, en ese momento, mi novio, que ahora es mi esposo, me empezó a hablar sobre las becas del MESCYT, para mí eso era una gran mentira y que solo se la daban a los ricos jajaja. Así que no le puse mucha atención.
Con el tiempo, encontramos beca en el ITLA, yo vivía en Alcarrizos y eso está en Boca Chica, fui a admisión, y luego de 4 exámenes de prueba, me admitieron, para mí, el mayor logro de mi vida en ese instante ya con 20 años, donde la mayoría eran niños de 17 años, fresquitos de terminar el colegio.
Allí entré a estudiar Mecatrónica, que era la más cercana a ing. Industrial, disponible en ese momento. Con el tiempo, me fui dando cuenta de que el nivel de exigencia de ITLA, yo no lo aguantaba, pasaba muchas horas de transporte, por tanto, estudiaba menos que los demás, sin hablar de la alimentación, se comía lo que había. Allá hay un comedor económico, pero la comida tenía mucha grasa, tanta que el olor llegaba a los edificios y hasta los profes se quejaban de eso, así que cada vez que la comía, me hacía algún daño.
Estaba en clases desde las 7am hasta las 10 pm, claro, con horarios libres de por medio, pero como era becada, tenía que aceptar los horarios que pusieran. Los chicos me ayudaban un montón explicándome lo práctico, armar, desarmar equipos, en cuanto a los cálculos, cada uno resolvía como pudiera, algunos con Youtube, otros haciendo grupo de estudios, la mayoría amanecía en línea, yo ni tenía un buen internet para eso…
En fin, con el tiempo me cambié a Sofware, eso fue otro tema, quería cambiarme a Multimedia (que es más diseño y publicidad) pero la directora académica no me dejaba, decía que era un desperdicio pasar este cerebro de matemáticas a diseño, pero es que no me iba bien, Jesús, una profe rusa que explicaba en español ligado al inglés, ponía exámenes de 30 ejercicios, cada uno de un punto para una hora y media, no me daba. Eso era Precálculo, nunca lo había visto, en UTESA, me dieron Cálculo y disque era buenísima, ahí me di cuenta de la diferencia que tanto hablan entre una universidad y otra (eso será otra historia).
Volviendo a los números, todos hacían lo posible por llegar a 20 de 30, y yo no pasaba de 15, y de ahí bajaba porque el cuatrimestre te va agotando, así que rindes menos (cosa que nadie te cuenta) reprobé esa materia dos veces, y a la tercera te sacan de la beca…las demás asignaturas, una niña excelente, excepto en matemáticas y esa era la base de mi carrera, con depresión y dolor un día decidí no volver, me llamó todo mundo, incluso la directora académica y le dije que mi capacidad no era la que exigía el ITLA (ahora lo leo y digo, que loca yo jaja).
Lo que tanto rogué por tener, lo dejaba ir porque no lo aguantaba, en ese momento acepté una realidad que ahora veo con más experiencia, para todo tenemos un límite, por más que uno se esfuerce, ir bien en los números académicos, no solo es de ser inteligente, es un conjunto de cosas que se tienen que acoplar para que engranaje el funcione.
En ese momento necesitaba, alimentación, transporte, pero, sobre todo, necesitaba quien me diera dos galletas que me hiciera reaccionar de que si podía continuar jajajaj. Aún era una niña. Esa niñez que se fue muchos años después cuando la vida me dio mis galletas, lo cuento más adelante.